Natasha Pitts
Recientemente, fue publicado el cuarto Informe del Estado de la Región Centroamericana en Desarrollo Humano Sustentable, en el que se analiza la región en el intervalo de 2008 a 2010 y profundiza temas económicos, sociales, ambientales y políticos. El documento ayuda a conocer la realidad centroamericana y a buscar soluciones para que se pueda alcanzar el desarrollo humano sustentable en la región.
Entre los temas abordados merece destaque el proceso de envejecimiento de la población. Basado en datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en el informe se señala que hubo una caída en el número de jóvenes menores de 15 años y un aumento en la cantidad de ancianos. Prueba de esto es que en 2025, en Costa Rica y en Panamá, habrá más de 40 personas de 65 años por cada 100 menores de 15 años.
El grupo de personas con más de 65 años es el que demuestra mayor crecimiento en toda América Central. Con excepción de El Salvador y Belice, donde se estima que este grupo de edad crece a una media del 20% cada cinco años. El Estado de la región revela que en 2025 habrá 3.790.000 personas con más de 65 años, 1.560.482 más que en la actualidad.
Esta transición demográfica es un desafío para los gobernantes, pues trae consigo serias implicaciones en servicios esenciales como seguridad social, en especial sobre los servicios de salud y los sistemas de pensiones, además de detener las posibilidades de crecimiento económico, ya que la población con más de 65 años no es activa económicamente.
De acuerdo con el informe, actualmente los servicios de seguridad social benefician sólo al 30% de la población, con diferencias entre los países de la región. En Nicaragua, Honduras, Guatemala y Belice los servicios de salud atienden a menos del 25% de la población, mientras que en Costa Rica y en Panamá estas cifras llegan al 88,8% y 77,4%, respectivamente. En el informe se revela además que la cobertura de los regímenes contributivos de pensiones es aún menor.
Para analizar y proyectar la demanda de servicios del sistema de seguridad social se puede tomar como base la expectativa de vida al nacer y la expectativa de vida saludable. En gran parte de los países centroamericanos esta estimación señala en el sentido de que la población se enfermará con edades entre 60 y 64 años, en promedio, y vivirá con la salud debilitada por nueve años. En Costa Rica y en El Salvador este abismo es aún mayor, pues se estima que la población anciana vivirá enferma por 10 y 11 años, respectivamente, situación que implica mayores costos de atención y cuidado.
Otra cuestión que necesita ser resuelta con urgencia tiene que ver con la cobertura de los sistemas contributivos y no contributivos de pensiones. En el informe evalúa que la población anciana tendrá serias dificultades para contar con el ingreso necesario para atender sus necesidades básicas.
Para ver éstas y otras informaciones, entre aquí: www.estadonacion.or.cr/index.php/biblioteca-virtual/centroamerica
Traducción: Daniel Barrantes – barrantes.daniel@gmail.com
Periodista de Adital
Adital
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